Un rescate bancario (o rescate financiero) es la acción de inyectar capital a una entidad bancaria con la intención de salvar una situación previa a una quiebra. Esto ocurre en situaciones en las que una entidad bancaria no ha gestionado correctamente sus fondos y se ve obligado a sufrir la intervención de un organismo como los bancos centrales. Veamos qué son los rescates bancarios, cómo funcionan y cuáles han sido los más notorios de toda la historia.
¿Qué es un rescate bancario?
Un rescate bancario (o rescate financiero) es la acción de inyectar capital a una entidad bancaria con la intención de salvar una situación previa a una quiebra. La principal diferencia que podemos observar entre los dos términos es el tipo de entidad que se rescata. Estos rescates los llevan a cabo organismos como los bancos centrales (Fed, Banco Central Europeo, Banco Nacional Suizo…) debido a situaciones de insolvencia o bancarrota que podrían llevar al sistema a un colapso o un efecto contagio en otras entidades. Los principales damnificados de estas acciones son los clientes que depositaron dinero en las entidades rescatadas. A su vez, también se ven perjudicados los propios ciudadanos, dado que esto comporta la ejecución de políticas de expansión monetaria agresivas para tratar de inyectar liquidez a estas entidades, lo que comporta seguidamente períodos inflacionarios que tardan en paliarse.
¿Por qué ocurre un rescate bancario?
Los rescates bancarios ocurren en el momento en que una entidad financiera se encuentra al borde de una situación de insolvencia o bancarrota. Hay una serie de factores que pueden ocasionar un rescate bancario para tratar de salvar el dinero de los clientes, entre los que podemos destacar:
- Insolvencia de una entidad financiera.
- Pérdida del capital de los depositantes.
- Bancarrota de una entidad financiera.
- Riesgo de crear un efecto contagio en otras entidades financieras, es decir, un riesgo sistémico.
¿Cómo funciona un rescate bancario?
Un rescate bancario no ocurre de la noche a la mañana por más que en las noticias lo parezca. Estos procesos conllevan una serie de previos pasos que deben de ser valorados y ejecutados minuciosamente. Primero de todo, se debe lleva a cabo un estudio de la situación para saber las acciones que se llevarán a cabo para evaluar posibles escenarios que puedan ocurrir y las consecuencias que pueden acarrear. Para ponernos en contexto, un rescate bancario (o financiero) puede costar en promedio un 13% del producto interior bruto (PIB) del país que lo lleva a cabo. Las fases de un rescate bancario son las siguientes:
- Evaluación de la situación: Primero se analiza la situación, donde se valora la cuantía del rescate, cómo podría afectar a la economía y la manera de proceder.
- Negociar las condiciones del rescate: En el momento que se ha llevado a cabo la evaluación de la situación del rescate, se procede a negociar las condiciones del mismo con el objetivo de permitir el llevarlo a cabo.
- Medidas para efectuar el rescate: Para llevar a cabo el rescate de una determinada entidad, se deben aplicar medidas de austeridad, es decir, introducir unas ciertas condiciones al rescate (reducción de gasto público y el aumento de impuestos) para permitirlo.
- Consencuencias del rescate: Cuando ya se ha evaluado y negociado el rescate, se deben tener en cuenta todas las medidas que se deberán adoptar para efectuar el rescate. Entre ellas se deben tener en cuenta los efectos que derivarán de la aplicación de la misma, así como tener un plan de control en previsión de minimizar daños colaterales y poder gestionar posibles riesgos en caso de que ocurran.
¿Cuáles han sido los mayores rescates bancarios?
En general cuando hablamos de rescates bancarios siempre se nos viene a la mente la gran crisis financiera del año 2008 donde múltiples entidades bancarias precisaron de un rescate bancario en un momento en que surgió el efecto contagio a nivel global. Podemos mencionar tres períodos en los que ocurrieron grandes rescates bancarios:
Año 1991, la burbuja inmobiliaria en Suecia
A principios de la década de los 90, la burbuja inmobiliaria de Suecia se desinfló, dando lugar a una severa crisis crediticia y la insolvencia bancaria generalizada. Las causas fueron similares a los de la crisis de 2007-2008. El gobierno de Suecia asumió las deudas de los bancos. Este rescate inicialmente costó cerca del 4 % del PIB de Suecia, más tarde bajó a menos del 2 % cuando los bancos nacionalizados fueron reprivatizados.
Año 2008, la gran crisis financiera global
La gran crisis del 2008 fue provocada por las hipotecas subprime. Esta crisis surgió cuando la desconfianza crediticia se extendió inicialmente por los mercados financieros de Estados Unidos y fue la alarma que puso en el punto de mira a las hipotecas «basura» de Europa desde el verano del 2007, evidenciándose al verano siguiente con la crisis financiera de 2008. Generalmente, se considera el detonante de la Gran Recesión en el plano internacional, incluyendo la burbuja inmobiliaria en España. Los países más damnificados de esta crisis fueron Irlanda, Estados Unidos y España entre otros muchos.
- Los bancos irlandeses sufrieron una importante caída del precio de las acciones debido a la falta de liquidez a su disposición en los mercados financieros internacionales. En 2010, esta solvencia se está revelando como la preocupación más seria debido a los préstamos dudosos que se hicieron a promotores inmobiliarios.
- El comienzo de la crisis mundial supuso para España la explosión de otros problemas: el final de la burbuja inmobiliaria, la crisis bancaria de 2010 y finalmente el aumento del desempleo en España. Según cálculos de 2020, 43.225 millones del un total de 64.000 millones estarían perdidos (un 73% de las ayudas públicas aportadas).
- El principal culpable de la gran crisis fue quién la provocó, donde Lehman Brothers, con 639.000 millones de dólares en activos, se declaró en quiebra el 15 de septiembre de 2008 tras la huida de sus clientes. La Reserva Federal había negociado su reorganización con otros bancos, pero las discusiones fracasaron. En total se contabiliza el rescate bancario de Estados Unidos por un valor de 800.000 millones de dólares.
Año 2023, los efectos de las subidas de tipos de interés
Si creíamos que habíamos aprendido la lección de anteriores crisis, estábamos muy equivocados. Tras la pandemia que sufrimos durante el año 2020 se llevaron a cabo políticas de expansión monetaria nunca antes vistas, algo que provocó un breve período de crecimiento económico artificial. Esta situación nos hizo confiarnos con exceso, donde múltiples entidades bancarias no supieron gestionar correctamente el riesgo a la hora de posicionar su capital. El pasado año, con el inicio de la guerra de Ucrania y los problemas que ocasionó el aumento de precios de ciertas materias primas, muchas entidades bancarias tenían en su poder grandes cantidades de bonos que han visto su rentabilidad afectada con las subidas de los tipos de interés. El resultado ha sido el rescate por parte de la Fed a entidades como Signature Bank, Sillicon Valley Bank, Silvergate y otras entidades bancarias de los Estados Unidos.
En el viejo continente hemos presenciado también cómo una entidad centenaria, Credit Suisse, se ha visto obligada a ser absorbida por uno de sus competidores, UBS. Si bien creemos que la situación se termina en el momento que el Banco Nacional Suizo (SNB) le iba a dar un préstamo de 50.000 millones de francos suizos (CHF) para paliar la situación, estamos equivocados. Esto se debe a que UBS también esta en una situación de riesgo, lo cuál ha generado una desconfianza a escala global en las entidades bancarias de todas las regiones.
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